MAINUMBY#8

"Mainumby #8"[*]

"Escuchameuna cosa" [**]

Pau Delgado Iglesias[***]


(*) Los textos fueron extraídos de la entrevista realizada a la artista por Ana Laura Goñi y Federico Sequeira, responsables de la Sección Mainumby de la revista Tekoporá, el día 30 de junio de 2023.

(**) Texto curatorial / Andrea Giunta: “Burros en las sierras de Maldonado, carpinchos en el lago del parque Lecocq, la mona rescatada del ecoparque Tálice. Sin una agenda previa, Pau Delgado Iglesias pasa días en su compañía buscando encontrar la clave de la comunicación, de la conexión con esas otras vidas. Silencio, pausa, escucha, respeto. Captar los campos mórficos. Conectar hacia adentro para conectar con lo demás. Sólo las horas que permaneció con ellos, logran crear relación de confianza que se percibe en el film 3D Escuchame una cosa, que nos presenta el estado de una investigación en proceso. Una pesquisa que fue inicialmente impulsada por la trama teórica de los estudios animales que conoció cuando se formó en Inglaterra. Pero lo que nos propone escapa de la teoría. Se impregna de un tiempo real, dilatado, compartido con esas otras vidas que filmó en pocos momentos, ya que no se trataba de mostrar, sino de establecer un vínculo. Quedamos absortos, no solo en un sentido visual, sino también mental, ante esas imágenes de especies comunes, que no son exóticas, pero que atraen por su belleza, por la relación de proximidad, como si las tocásemos con los ojos. Escuchame una cosa capta el momento interespecie en el que la cercanía, el silencio, la mirada detenida, nos conecta con el afecto que impregna esta convivencia y logra ponernos en contacto con una emocionalidad que conmueve.”

(***) Pau Delgado Iglesias. Artista visual, docente e investigadora. Obtuvo una Maestría en Industria Cultural en Goldsmiths, University of London, donde cursó con una beca Chevening otorgada por el British Council. Es diplomada en Género y Políticas Públicas por la Universidad de la República (UdelaR) y Licenciada en Economía también por la UdelaR. Es profesora adjunta en la Facultad de Artes de la UdelaR y docente en la Facultad de la Cultura de la Universidad CLAEH. Escribe quincenalmente una columna de opinión en el Semanario Búsqueda. En su práctica artística, sus investigaciones se han centrado en la construcción de identidades, en particular en torno a temas de género, cuerpo y sexualidad. Ha dirigido numerosos talleres y seminarios relacionados con estos temas, tanto en Uruguay como en el exterior. Actualmente se interesa por los Estudios Animales y desde 2021 lleva adelante una investigación artística sobre comunicación interespecie. Ha participado en numerosas residencias artísticas y ha expuesto en galerías y museos de Uruguay y del exterior entre los cuales: Museo Nacional de Artes Visuales (Uruguay); Momenta Art, Slought Foundation, The Armory Show (EEUU); Centro Cultural Kirchner (Argentina); MuseumsQuartier (Austria); The Bag Factory Studios (Sudáfrica).

una pesquisa que fue inicialmente impulsada por la trama teórica de los estudios
animales que conoció cuando se formó en Inglaterra” - Embodiment and experience

Entre 2015 y 2016 estuve en Inglaterra haciendo una Maestría en Industria Cultural, me fui con una beca Chevening. De toda la Maestría, el curso que más me impactó fue un curso optativo que se llamaba Embodiment and Experience. Nunca sé cómo traducir “embodiment” pero sería algo como “corporización” y experiencia. Ahí había un montón de aproximaciones a esta idea de cómo entendemos los cuerpos. En mi práctica artística siempre había trabajado sobre cuerpo, identidad, sexualidad, pero más desde la mirada de género. En este curso entré en contacto con algunas miradas que me interesaron mucho, como las ideas de Donna Haraway sobre lo simbiótico. Durante todo el curso estuvo esa idea de que no se puede hablar de “el cuerpo” en singular, sino que hay que hablar de “los cuerpos”. Porque en realidad el cuerpo no es como un envase que termina en la piel de cada quien, sino que los cuerpos son porosos y hay partes de nuestros cuerpos que en realidad están en contacto con los que nos parece que es “el afuera”. En el curso también se planteaba cómo devenimos junto con vidas no humanas, revisando esta idea de tratar a los animales no humanos como un “otro”, con quien en realidad tenemos mucho más contacto del que queremos creer.

Dentro de estos estudios animales conocí a la autora Vinciane Despret, que es una filósofa belga, una filósofa de la ciencia, muy en la línea de Haraway, ella tiene un libro creo de 2016 que se llama “¿Qué dirían los animales… si les hiciéramos las preguntas correctas?” y recientemente sacó un libro que se llama “Autobiografía de un pulpo”. Son autoras que mezclan la ficción con la ciencia, y crean otras realidades con su escritura, otras posibilidades mentales, y eso me parece genial. En esa reflexión de cómo nos vinculamos con otros seres empecé a pensar en esto de la capacidad de comunicarnos con otros animales.

Comunicadoras interespecies

Hay cada vez más personas, pero en particular mujeres (algunas se denominan chamanas, otras no) que se identifican como comunicadoras interespecie: personas que se comunican con otras especies animales. Yo hice un par de cursos con una comunicadora mexicana. Hay algo ahí que me resulta interesante, aunque todavía no tengo ninguna certeza, pero me hace totalmente sentido esta idea de la que hablan casi todas ellas, respecto a que en realidad las personas tenemos una capacidad de comunicación telepática ancestral que simplemente perdimos. No me parece tan raro porque, por ejemplo, me pasó trabajando en mi investigación actual, que pasé unos cuantos días en el campo (yo nunca en mi vida había pasado tantos días en el campo), me pasó de ir caminando y empezar a ver que las ovejas se empezaban a alejar, y que todos los animales se empezaban a alejar, porque rápidamente ya todos se habían dado cuenta de la presencia humana. La primera alerta parecería que la dan los pájaros, y es como si todos los animales estuvieran mucho más conectados y pudieran entenderse entre sí, pero las personas no.

Esa cosa mágica del arte

A mucha gente la idea de la comunicación interespecie le parece como una chifladura, es algo que no entra en el esquema mental cotidiano. El día de la inauguración en el zoológico me hicieron una entrevista para el informativo central de un canal de televisión, y mientras yo hablaba, abajo había un cartel que decía “artista investiga sobre comunicación interespecie”. Me parece hermosa esa capacidad del arte de transformar algunas fantasías en realidad a través de lo sensible. Esa cosa mágica del arte, que te habilita a hacer afirmaciones más allá de lo que la ciencia haya probado o no, mover un poco esa frontera. El arte tiene la potencia de imaginar mundos posibles, y de alguna forma hacerlos realidad.

“Escuchame una cosa”

Este proyecto lo empecé a trabajar en la pandemia y era un buen marco para eso. En ese momento yo había dejado de ir a muchos lados como la mayoría de la gente, pero esto era algo que sí podía hacer. Fue en una residencia de arte a la que me invitaron en 2021, en un campo que se llama “Portal de luz” en Maldonado, de Philippe Loïc y Miguel Barreiro, que todos los veranos organizan una residencia de arte. Por lo general invitan artistas de Europa y de Argentina, pero ese año por la pandemia invitaron sólo de Uruguay, entonces fuimos un grupo de siete artistas nacionales. El nombre del proyecto surge porque estaba pensando en esto de “hablar con los animales”, pero se trata de un hablar silencioso, porque es sin palabras. Entonces empecé a pensar algún nombre que tuviera que ver con el silencio, pero todo lo que se me ocurría era como muy poético y no me gustaba. De repente probando nombres, surgió “Escuchame una cosa” y me cerró porque es una expresión que yo uso mucho, y me gustó poner el énfasis en esto de escuchar, escuchar al animal, aunque en principio parecería que no hay nada que escuchar. Porque esos animales no están “diciendo” nada, pero si prestamos atención están diciendo muchas cosas.

El otro animal

Al ver la instalación audiovisual en el zoo hubo mucha gente que salía muy conmovida, a algunas personas les da tristeza, a otras les mueve otras cosas, no sé lo que a cada quien le pasa porque eso ya me excede a mi, pero algo sucedía. Creo que la gente conectaba, lograba esa cosa de prestar atención. Yo me propuse algo super exploratorio, super experimental y a la vez bastante ambicioso: comunicarme con otras especies animales. Me presenté a los fondos (Fondos Concursables del MEC y Fundación Itaú), y me los dieron confiando en que yo iba a comunicarme. Y yo pensaba, ¿y si no puedo? Y me preguntaba ¿qué voy a poder transmitir yo con estas imágenes de animales cuando Instagram y todas las redes sociales están llenas de videos de gatitos, carpinchos, bichitos bebés y todo eso? Me parecía un desafío mostrar algo que se ve tanto, todo el tiempo, y que no fuera lo mismo. Siento que logré transmitir otra forma de acercarme a esos individuos. Yo hasta el día anterior (a la exposición), estaba con esa cosa del “síndrome del impostor” a full, pensando, “voy a mostrar esto que no es nada”. Después cuando vi todo eso que le generaba a la gente, me di cuenta que sí había logrado transmitir algo. Eso de los animales mirándote a los ojos, mirando a cámara, me parece hermoso. Cuando te mira el animal es difícil no sentir que hay un ser ahí, que no es una “cosa” que te está mirando. Y también esta idea de correr la frontera me parece importante. Antes el “otro” era el otro-mujer, el otro-racializado, el otro-LGBT, es momento de llegar al otro-animal. Creo que como sociedad nos debemos una conversación sobre este tema, o por lo menos empezar a repensar. Vivimos en una economía basada en el extractivismo y la muerte de otros animales, sumando a los que están en situación de cautiverio en los zoológicos, y aún en nuestras propias casas. Si pensamos como era antes para las personas afro o las mujeres, que no tenían derechos, quizás en algún momento nos va a pasar lo mismo con otras especies. Llegar a decir, “pensar que antes veíamos a los animales como que no tenían derecho a nada y eran nuestra propiedad”, para la ley hasta ahora son eso, bienes de propiedad.

Ruptura del pacto

En el libro de Eduardo Kohn, “Cómo piensan los bosques”, él trabaja con unas comunidades de la amazonía ecuatoriana. Y hablan un poco de eso, de cómo aunque ellos cazan animales, ese vínculo es como más de respeto y de agradecimiento. Eso creo que es lo que nuestras sociedades han pasado por alto totalmente. Mucha de la gente que comunica con animales, dice que los animales sienten que las personas “rompimos el pacto”, que todo es un abuso, que se rompió un equilibrio de supervivencia y pasó a ser una explotación absoluta. Este libro de Vinciane Despret, “¿Qué dirían los animales… si les hiciéramos las preguntas correctas?”, está estructurado en capítulos de la A a la Z (entonces es por ejemplo A de Artistas, B de Bestias, C de no me acuerdo qué y va así). Tiene uno que es K de Kilos donde ella plantea que todo lo que es de los animales se contabiliza por peso, por los kilos que se faenaron, y se pregunta, ¿hay especies matables, hay animales matables? Quizás la solución no es dejar de comerlos, pero por lo menos mostrar respeto, hacer un luto, o ¿estos seres no merecen que alguien se apene por su muerte, que alguien honre su muerte? Se trata de seres que dan su vida para alimentarnos. Son reflexiones que la mayoría de las personas tenemos que hacer de cero porque no lo aprendemos, entonces hay que ver cómo replantearse todas estas cosas tan naturalizadas.

En el Zoológico

Cuando armé el proyecto para presentar a fondos ya tenía que decir adónde lo iba a mostrar. Desde ese momento yo ya lo pensé para hacerlo en el Zoológico. Por un lado porque en Montevideo ya había participado en la mayoría de los espacios expositivos, pero además porque me parecía que el Zoológico era un lugar interesante para hacerlo, que le sumaba a la reflexión. Pero era complejo porque claro, es un zoológico no un museo. Por eso la idea fue que la muestra integrara la programación anual del Espacio de Arte Contemporáneo, y así se podía asegurar la calidad necesaria para la instalación (equipo técnico, montaje, comunicación, etc.). Cuando estábamos en el montaje, en varios momentos decíamos “qué bueno estar acá”, porque estábamos trabajando en un contexto de parque, verde, y eso ya te pone en otro lugar y me parece que al público también le pasó un poco lo mismo. Tampoco quiero decir con esto que quiero promover la idea del Zoológico, porque es contradictorio, un lugar donde hay animales en cautiverio, pero si es que nos vamos a cuestionar sobre el tema, está bueno ser conscientes de que eso existe. Durante mucho tiempo el Zoológico estuvo cerrado y la gente creía que era porque los animales no estaban más ahí y eso no era así, el Zoológico estaba cerrado y todos los animales estaban adentro. A veces nos desentendemos de un tema. En ese tiempo que estuvo cerrado se hicieron reformas y lo dejaron como un paseo más tipo parque, pero todavía hay animales. A pesar de eso hay gente que le dice “ex zoológico”, y no entiendo por qué.

Las representaciones visuales

Sobre el tema de género pienso desde siempre, ¿por qué a mí como mujer me toca este rol en la sociedad? ¿Quién lo definió? Cuando empecé a trabajar como artista no se hablaba mucho de estos temas, el feminismo y estos análisis no tenían la expansión que tienen ahora. Todo lo que a mi siempre me movió a crear era pensar sobre estos temas que me preocupaban, que me tenían siempre pensando y cuestionándome. En esa época esto no era lo que la mayoría de la gente estaba pensando, mucha gente no lo veía de esa manera. A mi siempre me interesó el tema de las representaciones visuales. Vengo de esa época del boom del videoclip, era niña y todo era muy esquematizado, el videoclip y las representaciones de género estaban bien estereotipadas, y lo mediático también, la sociedad de consumo. En mis primeros trabajos (año 2000) yo trabajaba mucho el performance, a partir del desarrollo de personajes – yo venía de tener formación de teatro con Alberto Restuccia y Luis Cerminara–. Cuando empecé, trabajaba mucho sobre los estereotipos femeninos, tenía un personaje que era con una peluca rubia, todo en clave como gracioso y un poco disparatado, pero reflexionando sobre cómo eran las representaciones hegemónicas del cuerpo de las mujeres, las representaciones de género. Después me dí cuenta que estaba sumando a lo que no quería, es decir, que hubiera más escrutinios sobre los cuerpos de las mujeres. Ahí me pasé a ver qué pasaba con los hombres y sus cuerpos (proyecto “Cómo sos tan lindo”, 2005-2010). Siento como que siempre me fui pasando a lo que sentía que hacía falta pasarse. Como que decía, “bueno ta, de esto ya se está hablando un montón, entonces ya puedo pensar en esto otro” y ahora me pasa un poco eso. Me da un gran alivio ver que temas relacionados al género y al feminismo están replicados y fueron tomados y están sobre la mesa, y me da un montón de espacio para poder pensar en otras cosas. Cuando hay temas que te preocupan, tan urgentes, no es que los elegís porque estás tirada en tu sillón tranquila y creás sobre ese tema, los elegís desde una necesidad de urgencia de atender temas que te parecen relevantes. Siento una coherencia en esto que les decía de ir corriendo la línea de la otredad, o de los derechos, o de ver la vida de una manera que no es la que usualmente vemos. El trabajo con personas ciegas (“Estar Igual que el Resto”, 2014-2019), para mí también fue así, no es que hice el trabajo con personas ciegas de nacimiento porque quería trabajar con población en situación de discapacidad física. En realidad a mi me interesaba el tema de la representación visual, para mi el tema de la mirada es muy central en mi trabajo. Desde ese lugar es que a mi me interesa saber qué tienen para decir estas personas. Porque lo que comprendí después de estar varios años trabajando en ese proyecto es que hay un montón de patrones culturales que repetimos. Las personas que nunca vieron, ciegas de nacimiento, tenían incorporados los mismos estereotipos visuales que las personas que vemos. Me decían, por ejemplo, “yo cuando era joven quería salir con alguien rubio y de ojos celestes”, ese tipo de cosas. Para mi eso es el ejemplo más obvio de hasta qué punto tenemos las cosas metidas en la cabeza por cultura y no porque es realmente lo que nos gusta, o no es realmente lo bello sino que es un aprendizaje. Mostrar lo aprendido de la cultura me parecía interesante, y cómo vemos solo lo que se nos permite ver, no la realidad. Lo que vemos no es necesariamente lo real sino lo que nuestro cerebro hace con eso. Por eso a mi me parecía interesante para este trabajo (“Escuchame una cosa”), que fuera una filmación en 3D, en la que hay que usar lentes de esos rojo y azul. Porque también es un poco como decir, “te pongo este plástico adelante de los ojos y se vuelve evidente como en realidad la mirada la arma tu cerebro”. En realidad lo que estás viendo no es sólo lo que tus ojos fisiológicamente ven sino lo que tu cerebro termina de armar. Evidenciar eso, que nos demos cuenta de lo seteada que tenemos la forma en la que vemos las cosas, también puede hacernos dar cuenta de todo lo que podríamos ver de otras maneras, me gusta jugar con esa idea. Si me preguntás cuál es el hilo conductor en mis trabajos, el tema de la mirada es un tema que está siempre presente, cuestionar la mirada hegemónica, y también, cómo miramos al otro.

Otros sentidos a desarrollar

Hay un artículo de Donna Haraway que me gusta mucho que se llama “La persistencia de la visión”, en el que ella se pregunta qué otros sentidos queremos desarrollar, y para mi eso es algo que nos hace un montón de falta. Ejercitar otros sentidos u otras formas de estar en el mundo, permitirnos abrir eso. Por ejemplo, los animales están todo el tiempo olfateando, y yo a veces me pregunto, ¿qué estará oliendo, qué rango de olor habrá ahí que me estoy perdiendo? Me gusta eso de aprender de otros, aprender de otras formas de estar en el mundo. En el texto curatorial, Andrea Giunta escribe “Conectar hacia adentro para conectar con lo demás”, una de las formas que yo encontré para esto (y también lo sugiere la mayoría de la gente que trabaja con comunicación interespecie), es la meditación, porque lo que hacen estas técnicas es llevarte a un lugar de conexión interna desde la que te conectás con lo demás. Hay algo clave ahí que es que si vos no lográs conectar con tu propio ser, no lográs conectar con las demás cosas tampoco. Entender que las personas somos también naturaleza, por eso para “conectar con la naturaleza” tenés primero que conectar contigo.

Críticas

Hay gente que puede tener una postura crítica con este trabajo, porque cuestionan el hecho de filmar a otros animales, por una cuestión ética, porque se puede ver como otro extractivismo. A mi esa reflexión no se me pasó por alto, pero pienso que si el trabajo tiene un fin que busca ser positivo para todas las especies, entonces tiene sentido. Al mismo tiempo, me cuestiono esa lectura que hace mucha gente de otros animales como que “los filmas porque no pueden decirte nada”. Me hace pensar en el tema de la agencia, o sea, ¿de verdad ese otro animal no tiene la capacidad de decidir si se quiere acercar a vos o no? Porque en muchos casos se trata de burros o caballos, corporalidades mucho más grandes que la mía, en un potrero donde tienen espacio suficiente para alejarse, o que te pueden embestir. A veces se tiende a pensar que el otro animal no tiene discernimiento de nada. No estoy de acuerdo con eso. Sin embargo, es verdad que ninguno de los animales que aparece en el video es totalmente libre, y eso es algo sobre lo que deberíamos reflexionar.