Resumen
En 2018, el año en que comencé este proyecto fotográfico, un informe estableció que durante 2017, al menos 201 defensores de la tierra y el medio ambiente en todo el mundo perdieron la vida mientras protegían a sus comunidades y regiones de los estragos de la minería, la agroindustria, la tala y otras industrias devastadoras para el medio ambiente. Según la organización de derechos humanos y medio ambiente Global Witness, la mayoría de las muertes ocurrieron en América Latina, donde 57 defensores murieron solo en Brasil, el 80 por ciento de ellos murieron mientras defendían una parte de la selva amazónica. A pesar de esta alarmante situación, las comunidades tradicionales de América Latina se mantienen impávidas y continúan protegiendo su territorio frente a proyectos de desarrollo que explotan los recursos naturales de una región sin tener en cuenta su historia o cultura. Las poblaciones tradicionales, ligadas a la tierra sagrada donde vivieron y están enterrados generaciones de sus antepasados, se niegan a abandonarla, incluso después de haber sido
destruida en gran medida. Este ensayo fotográfico busca iluminar la poderosa conexión entre los defensores de la tierra y los territorios que defienden con tanta fiereza.