Resumen
Las ficciones literarias sobre territorios desconocidos se remontan a la Antigüedad. Estos espacios vacíos en los mapas han sido fuente de inspiración y proyección de temores y deseos arcaicos. La Antártida es el último territorio en ser descubierto en la Tierra, recién en 1819 se puso pie ahí. En la literatura moderna, la expedición al sur desconocido tiene una rica tradición, donde se mezclan grandes aventuras, horrores y presagios. En esta investigación se revisan cinco textos en los cuales el viaje hacia el continente blanco se imagina como una catábasis—viaje a un infierno—a la vez que una provocación (hybris) al orden universal: “La balada del viejo marinero” (1798) de S. T. Coleridge, La narración de A. G. Pym (1838) de E. A. Poe, La esfinge de los hielos de J. Verne (1897), En las montañas de la locura (1936) de H. P. Lovecraft, y Los conquistadores de la Antártida (1945) del chileno F. Coloane. La lectura comparada de estas obras muestra repeticiones estructurales y simbólicas que dan cuenta de una clave crítica: la potencia de la naturaleza salvaje sobre el registro humano y la catástrofe en que puede desembocar el ánimo de conquista y dominio.