Derechos humanos, ambiente y dignidad: perspectivas interdisciplinares de la cuestión alimentaria
En el año 2021, en el marco de las actividades de la Cátedra UNESCO de Derechos Humanos de la Universidad de la República (Udelar), se presentó una línea de trabajo que busca expandir la discusión pública y académica sobre derechos humanos desde una perspectiva ambiental. El objetivo principal es visibilizar el trabajo que realizan diferentes grupos de investigación en torno a problemáticas ambientales en clave de derechos humanos. Es un grupo de trabajo que incluye diversas áreas de conocimiento y que está abierto a equipos e investigadores de la Udelar de diferentes disciplinas interesados en generar una agenda común e intercambiar experiencias.
La noción de derechos ha ido expandiéndose y transformándose a lo largo de la historia. El derecho a vivir en un ambiente sano originalmente no formó parte de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, sin embargo, 150 de las naciones miembros de la Organización de las Naciones Unidas registran este derecho en sus Constituciones. Vivir en un ambiente sano es, como tal, un derecho universal, imprescriptible, irrenunciable e integral, entre otras características. Se lo considera, asimismo, un derecho transversal a las diferentes generaciones de DDHH, dado que comprende otros como son el derecho a la vida, la integridad física y mental, la salud y la participación, entre otros, y que se encuentran protegidos en diversos instrumentos nacionales, regionales e internacionales. Diferentes instrumentos consignan sus alcances y características, asignando responsabilidades a los Estados en la promoción, protección, preservación, mejoramiento del ambiente, así como el derecho a tomar parte en las decisiones ambientales en clave de justicia social. Entre ellos se destacan el Protocolo de San Salvador; el Acuerdo Regional sobre el Acceso a la Información Ambiental, la Participación Pública y el Acceso a la Justicia en América Latina y el Caribe, conocido como Acuerdo de Escazú; así como la reciente Declaración del Consejo de Derechos Humanos de la ONU que establece el acceso a un ambiente saludable como un derecho humano universal.
Por su parte, el concepto de ambiente también se ha transformado a través del tiempo. Actualmente se lo concibe como un sistema complejo, integrado por diferentes elementos, sociales y ecológicos, interdependientes y que se definen mutuamente. En el contexto histórico actual existen movimientos sociales, perspectivas científicas y filosóficas que reconocen que los seres humanos formamos parte de este sistema complejo, que es sensible a nuestras acciones y afecta nuestras circunstancias de vida. Problemas ambientales como la crisis hídrica, la pérdida de biodiversidad, el cambio climático, el deterioro del suelo, la generación de residuos, la contaminación, entre otros tantos, nos demuestran nuestra interrelación de las sociedades humanas con el ambiente. En este sentido, el derecho a vivir en un ambiente sano, a la alimentación, a la salud, se entienden como derechos básicos para el sostenimiento de la vida. Por lo tanto, pensar en el significado de vivir una vida digna en clave de derechos incluye actualmente reflexiones sobre las condiciones ambientales, ecológicamente sanas y socialmente justas, necesarias para sostener la vida en el planeta.
Desde esta perspectiva, defender los derechos humanos requiere visibilizar las conexiones ocultas entre las prácticas productivas, las prácticas culturales y la integridad de la vida humana y no humana. Esta aproximación también implica una revisión de modelos culturales de interpretación y valoración, ya que estos modelos configuran las relaciones y las prácticas, al mismo tiempo que ofrecen formas de darle sentido a nuestra experiencia. No pueden garantizarse los derechos humanos a la salud, la alimentación, la vivienda, el trabajo y el agua, si no hay derechos ecológicos que protejan los ecosistemas, los cuales sostienen la vida.
Esta convocatoria, propone centrar la atención en el actual sistema agroindustrial, el cual provoca injusticias ambientales en diversos ámbitos y grupos sociales. En el mundo rural, por ejemplo, expulsa a pequeños agricultores de sus comunidades y contribuye a la concentración de la tierra en manos de grandes productores, compañías multinacionales o inversores financieros. Aunque ha habido un incremento en las ganancias asociadas con la agroindustria, no siempre se traducen en mejores condiciones de vida para quienes se dedican a la producción de alimentos. La mayor parte de los y las trabajadoras de la tierra tienen condiciones laborales precarias, sin garantías laborales y con poca independencia.
Por ello, a partir de la edición de este número especial, el grupo de trabajo abre un espacio para compartir saberes sobre problemáticas relacionadas con la emergencia planetaria causada por la crisis ambiental, la soberanía alimentaria, la pérdida de biodiversidad y la contaminación, así como sus impactos en el bienestar humano en torno, especialmente, al modelo productivo agroindustrial. Se parte del entendimiento de que el sistema productivo actual vulnera los derechos de muchas personas y pone en riesgo la posibilidad de una vida digna para generaciones futuras. La búsqueda de soluciones realmente transformadoras, requieren retomar la temática de la alimentación desde un abordaje integral que nos permita contemplar la complejidad de sus múltiples aristas e integrar diversos tipos de saberes y grupos de actores.
Se espera la colaboración en trabajos que den cuenta de las consecuencias que tiene el actual sistema agroalimentario en nuestros cuerpos, nuestras relaciones sociales y los ecosistemas que habitamos. También son de interés los aportes orientados a brindar alternativas para avanzar hacia otros mundos posibles. Las miradas multidimensionales, transdisciplinares, multiescalares con perspectiva de género, brindan la posibilidad de tejer redes de sentido y articular acciones con el fin de defender derechos y contribuir a la comprensión de las causas de estas crisis. En este sentido, invitamos al diálogo sobre algunas preguntas urgentes y necesarias para comprender la realidad local y regional sobre los modos de producción y distribución de alimentos. Los trabajos buscarían responder algunas de las siguientes preguntas: ¿Cómo garantizar el derecho a la alimentación en el contexto de la crisis planetaria?
¿Cómo se conecta la inseguridad alimentaria con la emergencia climática actual?
¿Qué problemas ambientales y sociales están vinculados con la producción de alimentos?
¿Qué aportes pueden realizarse del trabajo conjunto entre actores académicos y territoriales?
¿Cómo fomentar una mayor cumplimiento de las obligaciones del Estado de promoción, respeto y garantía del derecho al ambiente sano y de todos los demás derechos humanos que en éste se encuentran involucrados?
Convocamos a la presentación de artículos de investigación originales, análisis críticos de experiencias de extensión, ensayos y reseñas.